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HUMANAE VITAE: UNA ENCICLICA MÁS ACTUAL QUE NUNCA

Servicio a la Vida ofrece práctico resumen de encíclica "Humanae Vitae"


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BUENOS AIRES, 25 Jul. 08 / 03:02 pm (ACI).- El Servicio a la Vida(Servimedia) del movimiento Fundar, ofreció un resumen práctico de la encíclica "Humanae Vitae", del Papa Pablo VI, que cumple 40 años de publicada y que, indicó, mantiene su carácter profético en el tema de la defensa de la vida humana.
La encíclica, recordó, "aborda la cuestión de la transmisión de la vida y el problema de la natalidad".
En su primer capítulo, dedicado al "nuevo estado de cosas", el Papa Montini se refirió "al problema demográfico, las condiciones de trabajo, vivienda y la vida económica y su influencia en la educación y crianza de los hijos, la valoración de la mujer y las adquisiciones científicas que controlan las leyes mismas de transmisión de la vida". Pablo VI recordó "la competencia del Magisterio de la Iglesia para interpretar la ley moralnatural".
En el segundo capítulo, resume Servicio a la Vida, el Pontífice abordó los principios doctrinales y analizó la esencia y características del amor conyugal, para luego detenerse en la cuestión de la paternidad responsable.
"Ante la problemática ética que plantean los nuevos métodos de regulación de la fertilidad, el Papa señala la importancia de respetar la naturaleza y la finalidad del acto matrimonial y reafirma ‘la inseparable conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador’", señaló Servimedia.
En ese sentido, la encíclica advirtió que el "el abortodirectamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas" y "la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer", son vías ilícitas de regulación de la natalidad.
El texto papal, destacó, también aclaró que no se pueden justificar los actos conyugales intencionalmente infecundos con el argumento del "mal menor" y, además, que es "un error pensar que un acto conyugal, hecho voluntariamente infecundo, y por esto intrínsecamente deshonesto, pueda ser cohonestado por el conjunto de una vida conyugal fecunda".
En ese sentido, la Humanae Vitae señaló que es lícito recurrir a los periodos infecundos para controlar la natalidad.
"Si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, derivados de las condiciones físicas o psicológicas de los cónyuges, o de circunstancias exteriores, la Iglesia enseña que entonces es lícito tener en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadoras para usar del matrimonio sólo en los periodos infecundos y así regular la natalidad sin ofender los principios morales que acabamos de recordar", explicó la encíclica.En ese sentido, la Humanae Vitae señaló que es lícito recurrir a los periodos infecundos para controlar la natalidad.
La diferencia entre esto y los métodos artificiales, es que en el primero "los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo impiden el desarrollo de los procesos naturales".
Pablo VI, recordó Servimedia, advirtió sobre las consecuencias que tendría el uso de métodos artificiales, tales como "el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad", la pérdida de respeto a la mujer, y el uso de estos métodos como políticas de estado por parte de "autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales".
"La experiencia de estos 40 años –señaló el movimiento Fundar– nos permite constatar el carácter profético de la denuncia de Pablo VI. En efecto, hemos asistido al lanzamiento en todo el mundo y especialmente en los países más pobres a programas de salud reproductiva que han significado nuevas y sutiles formas de control de la población y de violación de los derechos de la persona y la familia".
El segundo capítulo, Servimedia lo resume como la reafirmación "de la importancia de la misión de la Iglesia, garantía de los auténticos valores humanos". Pablo VI dijo que "al defender la moral conyugal en su integridad, la Iglesia sabe que contribuye a la instauración de una civilización verdaderamente humana".
Finalmente, en su tercer capítulo, la encíclica dio precisas directivas pastorales con la finalidad de que la Iglesia pueda confortar a los hombres en el camino de una "honesta regulación de la natalidad, aun en medio de las difíciles condiciones que hoy afligen a las familias y a los pueblos".
La encíclica, finaliza Servimedia, termina llamando a los hombres a emprender una gran obra de educación, de progreso y de amor sabiendo "que el hombre no puede hallar la verdadera felicidad, a la que aspira con todo su ser, más que en el respeto de las leyes grabadas por Diosen su naturaleza y que debe observar con inteligencia y amor".

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